20 SEÑALES DE QUE HAS HECHO UN AMIGO PARA TODA LA VIDA
Los buenos amigos generan recuerdos fantásticos, pero los mejores amigos son aquellos con los que tienes un acuerdo no escrito para reír juntos el resto de nuestras vidas. Son los primeros a los que llamas cuando pasa cualquier cosa, sea lo que sea. Pero también sabes que, aunque no se vean durante semanas, todo seguirá igual cuando se encuentren de nuevo. Estudiar en el extranjero es una de las mejores formas de hacer amigos para toda la vida, y esta es la forma de detectar que has encontrado uno.
Te sientes lo suficientemente cómodo con esa persona como para compartir tus sueños más raros. Incluso te atreves a contarle aquellos en los que sientes atraído por alguien de clase.
Muy a menudo se pasarán toda una hora riendo sin recordar siquiera que es lo que les hizo tanta gracia.
Se han conocido en el extranjero, no es simplemente alguien que ya conoces de toda la vida. Es fácil seguir en contacto con alguien que conoces de siempre y que vive a la vuelta de la esquina, esta es una amistad que te has trabajado y con la que te esfuerzas por estar en contacto. Compartir experiencias nuevas y emocionantes os ha unido para toda la vida.
Si solo uno de ustedes tiene hambre, comprán comida para los dos y comerán juntos como reyes.
Si pasán meses separados porque te has ido de viaje, cuando se vean de nuevo será como si nunca te hubieras ido.
O mejor aún, hacén el equipo perfecto y se pueden embarcar juntos en un viaje que dure meses. Lo más probable es que a los dos les apetezca hacer el mismo tipo de viaje, pero, aunque quieran cosas distintas, no les cuesta ser sinceros y sabéis que cualquier discusión que surja será historia antigua a la mañana siguiente.
Son compañeros de crimen. Si uno de ustedes causa problemas, todo el mundo sabe que el otro está involucrado de alguna manera.
Pueden ser sinceros el uno con el otro sin contemplaciones. Si estás a punto de salir de casa con un conjunto que no te queda muy bien, no tendrá problema en decírtelo directamente para que no te vean en público con esa ropa.
Encontrará la excusa perfecta para justificar que te compres chocolate o esos zapatos a los que has echado el ojo desde hace semanas. Solo quieren que seas feliz y saben que chocolate = felicidad.
Es la primera persona a la que llamas cuando necesitas un consejo serio, y viceversa.
Tu idea de un fin de semana perfecto con esa persona puede consistir tanto en una aventura épica como en un atracón de series de Netflix en pijama. Hagan lo que hagan, sabes que lo pasarán.
Si estás hablando en algún idioma que no sea tu idioma nativo, te dejará practicar tus conocimientos una y otra vez, y solo hará bromas sobre la forma en que pronuncias cuando no haya nadie alrededor.
No te incomoda llorar sobre su hombro porque sabes que, tarde o temprano, va a necesitar el tuyo.
Si estás a punto de mandar un mensaje de texto a tu ex o a alguien que no te conviene (o ambas cosas), te frenará. No importa cuánto protestes, sabrá qué es lo mejor para ti y siempre te cubrirá la espalda.
Se pueden comunicar telepáticamente. Con solo que se crucen cierta «mirada» pueden decirse más que en una tarde entera chismorreando.
Te apoya siempre. Le gustará lo que publiques en Instagram aunque no sea muy bueno, y nunca publicará en línea una foto en la que salgas mal, aunque él o ella sí salga bien.
Ya no puedes imaginar la vida sin esa persona. Incluso cuando envejezcan, sabes que acabarán en la misma residencia, causando estragos.
No te preocupa presentar a esa persona a tu familia. Sabes que la aceptarán inmediatamente como si fuera una más.
Si estás contando a un grupo de amigos alguna historia que no sea tan graciosa como recordabas que era, se reirá más para compensar el silencio incómodo.
También mentirá y exagerará (aunque convincentemente) cuando cuente historias, para hacerte parecer mejor de lo que eres.