Viajar a Los Ángeles, la famosa ciudad de estrellas.
1. La ciudad en la que siempre soñé vivir:
Llena de luces brillantes, sitios turísticos vistos miles de veces por personas alrededor del mundo, celebridades y descontrol se encuentra la maravillosa ciudad de Los Ángeles. Una ciudad que va más allá de las excentricidades y los lujos; una ciudad de cielos azules, soles brillantes y caras sonrientes; una ciudad que es más que aquel letrero de Hollywood que se vislumbra a lo lejos; una ciudad que tiene mucho más que ofrecer que una simple calle colmada de estrellas pintadas y desteñidas por el tiempo; una ciudad que te cautivará.
Aunque aquellos puntos conmemorativos y memorables son interesantes y quizás iguales a lo que soñaste algún día, no son con certeza lo único o lo más bello que encontrarás tan pronto desciendas en la abrumadora ciudad de las colinas en llamas.
Atardeceres de ensueño; aquel conductor de bus que te saluda con un amable “good morning” tan pronto pones un pie arriba del automotor; playas rodeadas de historias, olas y castillos de arena; centros comerciales abarrotados; restaurantes con sellos de todas partes del mundo; calles enmarcadas con palmeras y también, ¿por qué no decirlo?, gente peculiar con estilos de vida diferentes.
Pero sea el amable chofer de bus o aquel “homeless” en frente del metro; cada rincón, cada persona y cada paso que des te llenará de historias mágicas que jamás imaginaste.
2. El comienzo de la mejor experiencia de mi vida:
Aún recuerdo con una claridad indescriptible aquel domingo de septiembre cuando cerré mi maleta llena de sueños y emprendí mí camino hacía aquella ciudad llena de luces y estrellas que se había pintado en mi mente durante tanto tiempo, que ya parecía eterno; recuerdo la despedida en el aeropuerto; los abrazos llenos de buenos deseos; los ojos llenos de lágrimas de mi familia y amigos; mis ojos llenos de lágrimas de alegría y de tristeza; mis pasos incrédulos hacía aquella cabina de emigración y finalmente recuerdo mis torpes manos llenas de papeles y obsequios tratando de agitarse para decir aquel último adiós.
Y si, en ese momento empezó la aventura, aquel sueño que parecía lejano e imposible se tornaba en una realidad extraordinaria, aquella ciudad soñada se veía cada vez más cerca.
3. Viviendo mi sueño realmente:
Abro mis ojos y estoy en mi segundo avión del día, me tomo unos segundos para ubicarme y enterarme de que no continúo soñando, giro a mi izquierda y un joven americano al parecer, busca por la ventana aquello que la azafata o el piloto acaban de anunciar: “Estamos aterrizando en Los Ángeles”. Son las 9:30 y estás en un pasillo donde lo primero que vez es una colorida pancarta llena con fotos de todos aquellos famosos lugares que encontrarás en esta ciudad, dicho letrero me hace sentir que finalmente y después de muchos años, estoy en casa. Camino en un aeropuerto desconocido y vació; leo aquellos letreros que te indican a donde ir y como llegar; repito infinitas veces en mi cabeza: “Tom Bradley terminal” para recordar a donde tengo que ir; tomo mis maletas y emprendo mi camino hacía lo que es mi primer contacto con el aire Californiano.
4. Me encontré en otra ciudad muy lejana:
Respiro aquel aire, probablemente lleno de smog, y siento mis pulmones llenarse de ilusiones, emoción, adrenalina y vida. “¡Lo logré!” grito en mi mente. Camino y a pesar de haber memorizado el mapa, siento que no sé a qué dirección dirigirme, veo los carros, la gente, las luces; escucho el bullicio de la ciudad; miro a todos lados pensando “¿A qué lugar debo ir?”; escucho inglés en todas direcciones por primera vez y me doy cuenta que esto es Estados Unidos. Pienso que debería estar asustada pero no lo estoy, sigo caminando por lo que parece mucho tiempo y finalmente encuentro el letrero que me indica que estoy en Tom Bradley terminal, observo un poco más a fondo y finalmente encuentro el letrero rosado con las letras EF que me indica que no estoy perdida, ni sola “anymore”.
Una mujer con un hiyab que cubre su cabello me saluda y me da la bienvenida, me presenta amablemente con otras niñas que se encuentran sentadas esperando para ser llevadas a su nuevo hogar. Rubias, blancas, morenas, altas o bajas, todo un mix de culturas en un solo lugar y es en ese momento cuando me doy cuenta que está ya no es mi ciudad y que el intercambio cultural acababa de comenzar.
5. Aquí nació mi vida otra vez:
Bienvenido(a) a EF, aquel mundo lleno de mini mundos diferentes pero iguales, unidos por un mismo sueño en una misma ciudad. Un mundo donde tu vida cambiará por completo; un mundo donde tus sueños más secretos se harán una realidad tangible e incalculable; un mundo donde entenderás que la palabra “solo” no es algo malo; un mundo donde te perderás 1.000 veces y te encontrarás 10.000; un mundo donde un “hi” se convertirá en un nuevo “I miss you” y en un “see you soon, as soon as I can”; un mundo donde descubrirás quien eres, qué quieres y a dónde vas; un enorme mundo donde un francés se convierte en tu hermano, una árabe o americana en tu mamá, un mexicano en tu cuate y un belga en tu mejor amigo(a) para toda la vida.
Carolina Copete
Estudiante de EF Los Ángeles – 2013
EF Ambassador